domingo, 15 de julio de 2012

El futuro de la virtualidad política

VIRTUALIDAD POLÍTICA


Si hay una enseñanza importante en el artículo de Echeverría es que el ambiente virtual de Internet ofrece una especie de resurrección del ambiente urbano de la ciudad-estado antigua, ahora a escala mundial. Si combinamos esta enseñanza con la idea esbozada hoy sobre las limitaciones y carácter intrínsecamente indeseable de lo normativo y la razonable preferencia de las soluciones técnicas sobre las soluciones éticas o jurídicas, podemos llegar a la conclusión de que la Internet, y la Telépolis en formación, ofrecen una oportunidad única de volver al régimen de gobierno directo, no representativo, esbozado por la democracia ateniense varios siglos antes de Cristo.
La noción de gobierno directo como ideal inalcanzable ha estado latente en todos los defensores de la democracia representativa. La representación se aceptó, por así decirlo, como mal menor, dadas las dificultades de reunir a toda la población para discutir los asuntos públicos. Creo que los tratadistas coinciden en que la selección de un cuerpo colegiado que "representa" a los ciudadanos no deja de tener riesgos muy serios. El principal y más notado es que el representante sustituya al representado, en el sentido de que defienda más sus intereses que los de sus representados y no los consulte nunca o lo haga muy pocas veces. No obstante, en la vida práctica, por lo menos en las democracias representativas de Occidente en el siglo XX, el mayor de los riesgos parece ser otro muy distinto: es el peligro muy real de que los intereses de los ciudadanos sean sustituidos por las consignas de partido, es decir, por los dictados de una estructura partidaria que ni siquiera ha sido refrendada ella misma por el voto popular. Este peligro reduce a total ridículo el argumento favorito de los defensores de la representación: que un grupo de personas inteligentes y educadas, seleccionadas y aprobadas por el pueblo, puede velar por los intereses de los miembros del cuerpo social mejor que ellos mismos.

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